lunes, 3 de diciembre de 2012

Estados de ánimo.

Y se había encerrado en el cajón. Era frío, tan helado como ella, imposible de ser abierto desde dentro, se había desvanecido hasta caer bajo llave dentro del cajón. "Ya no quiero salir" repetía para un público que no podía oírla. "Dejadme morir en paz" murmuraba, desquiciada completamente. Ese momento de dolor interno que te arranca las entrañas secamente y con dolor, tanto que no eres capaz de soportarlo. El húmedo cajón se ceñía debajo de mil capas de desesperación, la locura lo carcomía y el veneno del alma lo enfermaba. Se retorcía de dolor y deseaba cual masoquista mucho más de este creyendo irónicamente que alguna vez se lo había merecido. Y si moría, que fuese por el bien y para el mundo.

1 comentario:

  1. Preciosa... no sé com t'ho fas però sempre que et llegeixo m'hi sento dins, em sembla veure't a tu, a mi...

    Ja tinc ganes d'abraçar-te ;)

    ResponderEliminar